martes, 12 de junio de 2012

#12: Receptividad




Querido(a) Tú:


 Hace mucho no te escribo unas letras, sé que no tengo justificativo, pero tampoco es malo que el tiempo haga jugar nuestra mente, enrosque los sentimientos y movilice los escombros de los recuerdos. Creo que en cierto punto me gusta ese juego. El problema es cuando se vuelve adicción. Si eso pasa enseguida la rutina se convierte en esa mantaraya que todo lo cubre, todo lo atrapa. Claro que no quiero caer en eso contigo, tampoco es mi modelo a seguir el hacerte partícipe en un juego como el que acabo de describirte. Créeme, tan solo me ha sido imposible comunicarme. 

 A veces nos convertimos en presos del destino. Esclavos fieles acatando órdenes sin siquiera preguntarnos por un instante el porqué, la causa, el origen de nuestras acciones. Y es asi como me siento ahora que escribo esto. No te he olvidado, pero el destino a veces juega dentro de mi memoria, flanqueándome el paso, cerrándome cavernas, y evaporando recuerdos. Sé que lo hace, y sé por qué lo hace ¿Alguna vez te ha pasado?, me refiero a sentirse asi, un tanto ultrajado por su manipulación inescrupulosa, por sus juegos para nada risueños, por su modo a veces tan inhumano de movernos en su tablero de ajedrez. Si no lo has experimentado deseo fervientemente que jamás lo haga, pues no es para nada feliz vivenciarlo.


Por aquí han llegado los primeros fríos, la parte más dura del otoño, la que nos va preparando para recibir por completo al invierno. Se nota en los árboles, en la desolación de las plazas, en el abrigo de las personas en las calles, en los atardeceres tempranos y sombríos. Siempre me has dicho que tengo cierta receptividad, y últimamente lo estoy reconociendo en mí. Lo que antes era una sensación extraña que me llevaba a conocer más profundamente a una persona ahora se ha transformado, o mejor dicho se ha expandido, y me permite observar más detenidamente el mundo que me rodea, todo lo que circunscribe mi diario trajinar. Y me gusta. Es como usar unos anteojos especiales, que son capaces de ver lo invisible a los ojos de los demás, así, tal como le explicaba Saint-Exupéry a su personaje de ficción.

Ayer me he sorprendido caminando nuevamente por la fría capital. Recorrí varias cuadras mezclándome con el gentío, observando lugares que hicieron parte de mi historia de vida, viendo escenas fantasmales que en su momento de vivencia fueron gloriosas y emotivas. En cada rincón percibía un guiño del destino y otro del tiempo. Así, entre esos vaivenes, me sorprendió el atardecer temprano de Junio. Al regresar observé la fachada del edificio. Se veía sombría, helada, tal como la noche que se avecinaba. Y es dentro de este departamento donde encuentro la paz necesaria para jugar con las letras, ordenarlas, y decir con la yema de mis dedos lo que mi boca no puede y mi mente grita a rabiar. Tal vez nunca aprendí a comunicarme de otro modo; o tal vez sí, y el modo sea éste, uno perfecto, capaz de dirigir los hilos necesarios para que mi marioneta interior gesticule y comunique, grite y llore, ría y se entristezca. En un abrir y cerrar de ojos todos en algún momento deseamos y debemos comunicarnos. Hacemos un simple “clic” o un gran “crack”, y es ahí en donde se inicia el bendito proceso de evacuación interior, de la emanación del flujo continuo de esa voz interior que nos invita a expresarnos y a vivir la vida del mejor modo que imagines y deseemos.

Quiero decirte que acortaré los tiempos de comunicación, que ya no tendrás que esperar tanto, que si en algún momento pasa un día de más no desesperes, que yo sigo aquí, como siempre, siendo esa misma persona de mirada triste y pensamientos filosos, de carácter fuerte y mente inquieta.

Será un invierno crudo. Lo presiento.



Yo.





(Imagen: pintura de Jorge Rodríguez-Gerada )

5 comentarios:

  1. Yo no me analizo tanto, (nunca lo he hecho) yo no hablo tanto conmigo misma como lo hace tu escritor.
    Me daria miedo. Para que? Puedo modificar habitos y limar asperezas, pero cambiar mi raiz es imposible. No puedo y ni siquiera se si quiero. Tambien he perdido ese habito de “jugar” con las letras, a las escondidas, la realidad me tiene alborotada ocupada (a veces mucho mas dura) y me ha resultado, al vez, mucho mas interesante al final de todo. Me gusta el desafio de pelearla mas que de escaparme entre tanta tinta. (quizas escribir haya dejado de ser mi pasion on major dicho adiccion como lo fue en una epoca)

    Los capitulos van avanzando y nos van definiendo, aunque uno parece ser tan bueno como un actor en su ultima pelicula. Todo lo que paso hasta ahi, ya deja de ser tan importante. No es lo que uno escibe, pero lo que uno hace lo que lo define. Eso he aprendido. Quizas finalmente haya madurado.

    Estan lindas estas cartas, interesantes. Me parece interesante el senor yo y el senor tu.

    P

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    1. @UNMASKED (sin caretas) o P:

      La realidad siempre ha estado ahí, para todos. Lo distinto es cuando cada uno se asoma a la ventana y la enfrenta. No obstante por más que se abra la ventana y se la enfrente nunca está de más confraternizar entre ambos mundos: el de las letras y el de la realidad.

      Supongo que el joven que escribe carta lo sabe perfectamente desde hace mucho tiempo a todo eso. Lo presiento. Tal vez si le susurrara al oído y le preguntara me respondería que desde niño. No sé... tengo ese pálpito... tal vez desde los ocho años.

      Saludos.

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  2. Con las letras uno se puede escapar, creo que por mucho tiempo me sirvio para eso. Con la realidad es mas dificil. Podes negarla, pero sigue ahi...y al final, el unico que conoce su realidad es uno mismo. Mejor que nadie.

    Y es tan dificil vivir la realidad a traves de las letras, es todo tan subjetivo, y sujeto a tantos factores, como las disfrazamos, las pintamos...y todo lo que ponemos de uno mismo en ellas.

    Saludos

    Petra

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    1. Fijate qué curioso lo que comentás sobre "escaparse", a mí personalmente nunca me pasó eso con la escritura. Sí considero que cualquier texto de cualquier escritor de ficción tiene algo impregnado de sí mismo. Pero de ahí a lograr un "escape" a mí no me ha pasado. No sé, supongo que es según la personalidad. Jamás accedí mediante un personaje ficcionado a algo que yo mismo he soñado o he querido ser, como así tampoco he depositado mis esperanzas o anhelos en la escritura y en los roles.

      Cuando escribo -desde siempre que lo hice- relato las escenas que mi mente producen y las transcribo lo mejor que puedo, intentando contar la historia, esbozando un relato que pueda ser leído por alguien y a su vez interiorizado, y si con ello logro aunque sea una mínima luz de recepción o mimetización entonces sonrío, y ahí termina todo.

      Escribir es para mí tan solo un modo más de expresarme. Punto. Solo eso. La vida es paralela a eso.

      Saludos.

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  3. "Escaparse" me refiero a tener un pasatiempo, a distraerse, como algunos juegan a las cartas, otros practican un deporte. Para distraerse. A eso me referia. Quizas me exprese mal.
    En el pasado me pasaba horas escribiendo, muchas. Ya no. Quizas se me hayan secado las ideas o no tenga tanta inspiracion, o no lo necesite como antes. Quizas antes era mas una necesidad, ya no.

    Y no creo que sea nada mas un modo de expresarse para vos. Tenes tres blogs y escribis bastante. Me parece que para vos es mas que "un modo de expresarse". Esta claro que te encanta. Es una opinion. Tanto tanto tanto no te conozco y la gente pasa por etapas y cambia aunque sea un poco.

    Petra

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Tal vez después de leer la carta quieras decirme algo...