lunes, 6 de mayo de 2013

Nubes

Hoy he despertado sintiéndome vacío. Sí, vacío. Así, como si estuviera en el espacio… ¿Has estado en el espacio?... ¿No?... Yo tampoco, pero lo imagino. Puedo imaginar cosas, lo sabes, te lo he dicho muchas veces. Me imagino en el espacio, vacío, inerte, sin vida. Y a su vez me imagino vivo, feliz, sentado en un campo, con mi perro al lado y ambos recibiendo el viento sur en nuestro rostro. La vida tiene esas facetas tan simples y complejas a la vez. Es como una moneda: cara, cruz…

A pesar del vacío me sonrío por estar vivo. Siempre te he dicho que amo la vida. No me importan los golpes, ni las lastimaduras, ni los escombros que puedan caer sobre mis hombros. No. No importan.

Anoche, de madrugada, estuve escuchando una canción de Andrés Calamaro, “Tu me estás atrapando otra vez”… ¿te acordás de ella? Sí… esa misma. Me vulnerabiliza. Me expone. Soy una bandera flameando en medio del tsunami.

Te diría cómo se ven las nubes en este instante a través de la ventana de mi habitación, pero dirías que suena cursi, que es cosa de escritores, que es cosa de esos tipos que enamoran con palabras pero que en su viva realidad jamás demuestran nada. No importa. Las nubes se ven esponjosas, recortadas, y matizadas por grises y dorados. Me gustan.

Cortaría un pedazo de nube y te lo regalaría… sí… tan solo para que me sonrías, así, como lo sabes hacer… tan solo para mí.

Baila... baila...

Gira… gira… baila… baila… brilla… brilla… hazlo por mí. Sí, por mí...

Los que no sabemos bailar le sonreímos a los que sí. Lo sabes. Yo no sé bailar. Solo muevo mis extremidades, así, como esas marionetas que se relajan y se dejan llevar por su maestro y el arte que sus manos les impulsa hacer. Sin embargo no tengo vergüenza. Me sonrío. Río. Me río a carcajadas. Y me sonrojo. Y mis ojos brillan, de las lágrimas de felicidad que se acumulan en ellos. Y me miras, y me ves, y a la vez sonreís. Sí. Soy yo. Ese hombre adulto que dentro de él guarda un niño que se vuelve feliz en el momento menos esperado, y te roba el corazón, y te hace sentir en las nubes y te hace pensar que en la vida todo es posible.

Sí… soy yo.

Gira… gira… muévete… muévete… brilla… brilla… ¡brilla mi amor!