lunes, 6 de mayo de 2013

Baila... baila...

Gira… gira… baila… baila… brilla… brilla… hazlo por mí. Sí, por mí...

Los que no sabemos bailar le sonreímos a los que sí. Lo sabes. Yo no sé bailar. Solo muevo mis extremidades, así, como esas marionetas que se relajan y se dejan llevar por su maestro y el arte que sus manos les impulsa hacer. Sin embargo no tengo vergüenza. Me sonrío. Río. Me río a carcajadas. Y me sonrojo. Y mis ojos brillan, de las lágrimas de felicidad que se acumulan en ellos. Y me miras, y me ves, y a la vez sonreís. Sí. Soy yo. Ese hombre adulto que dentro de él guarda un niño que se vuelve feliz en el momento menos esperado, y te roba el corazón, y te hace sentir en las nubes y te hace pensar que en la vida todo es posible.

Sí… soy yo.

Gira… gira… muévete… muévete… brilla… brilla… ¡brilla mi amor!

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